viernes, 10 de agosto de 2012

De nuestras raíces

Keupumill espera con ansias la gran fiesta en la cual los antiguos pobladores se reúnen alrededor de un fogón donde preparan los alimentos. Como cada año luego de danzar, cantar y jugar Keupumill se sienta cerca de las brazas para escuchar a los mayores, a los sabios, entonces comienza el nütram, conversación en la que se comparte la sabiduría del pueblo, donde los ancianos dan consejo a los niños para que sientan orgullo de su cultura.
Es el momento en que "wiño xekatui pun" la noche camina de regreso, y el sol avanza. La naturaleza está tranquila. Todos los seres vivos están cambiando su vestimenta, haciendo su limpieza. Keupumill se levanta, y se dirige a lavarse en agua pura y cristalina que corra. La naturaleza al despertar se lleva todo lo viejo, las enfermedades, los malos pensamientos, el agua se lo lleva. Keupumill se viste con ropa en lo posible nueva o bien lavada.
Se recibe al Sol con todos los seres vivientes, se le recibe limpios y la vida se renueva. . Se comparten con él los alimentos preparados y se le agradece. Luego aparece el lucero del amanecer y entrega toda su fuerza para renovar a la naturaleza, y todo mapuche como parte de la naturaleza también tiene que renovarse. Cuando el sol aparece por las montañas del puel mapu (tierra del este), todos gritan "Auki We Tripantu", "Wiñoi Tripantu", que significa "llegó el año nuevo" y "regresa la salida del sol". Durante todo el día del nuevo sol que regresa, Keupumill juega palín (chueca), se hace nguillatún, ceremonia sagrada de agradecimiento, donde los pobladores agradecen por el año, las cosas buenas y las malas que les dejaron enseñanzas.

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