sábado, 27 de marzo de 2010

para amar(te) sin sentido

Busco la manera de poder captar tu atención
que me invites a danzar y la calle a pintar,
a pasar una tarde juntos, una noche y hasta la mañana quizás,
a que los demás propongan un brindis en pro de nuestra felicidad.

¿Fue acaso la manera educada, tierna y sofisticada
la que provocó tal historia apasionada?

Busco la manera de aparecer en tus sueños,
de estar dentro de tus pensamientos ,
la razón por la cual tu mente ande mal
y por la noches el sueño nunca has de conciliar.

¿Puede acaso una persona en su sano juicio estar enamorada,
y negarlo ciegamente por el miedo a ser rechazada?

Es cuando entonces me alejo,
para parecer desinteresada
provocando que mi corazón se atormente,
durante las noches nevadas.

Dime querido mio,
¿Hasta cuándo me tendrás olvidada?

Han pasado dos semanas esperando una llamada,
¡Qué terca soy al esperar tal llamada!
Debería resignarme a ser tan solo tu amiga
para acabar con la pena que trata de matar a mi alma.

Me quedaré en la espera de este suceso
tal como lo he hecho todo este tiempo.


Seguiré esperando el día en que nos veamos con el mismo deseo
en que los dos nos amemos y a la gente se lo gritemos,
esperaré pacientemente a nuestro encuentro
así que no te preocupes, que de aquí yo no me muevo.

¡No me dejes por favor!
¿No ves que tan sólo soy una simple hipnotizada?

Gritaré a los mil vientos que eres el hombre de mis sueños.


jueves, 18 de marzo de 2010

Que la desesperación te supera, la tolerancia llega a su fin, los gritos afloran junto con la fuerza antes desconocida llegando a un comportamiento indomable, capaz de hacer cualquier cosa sin meditación alguna. El corazón late más apresurado de lo normal, se agita como si viniese de una larga carrera, las lágrimas se asoman de la nada quedando paralizada sin poder articular palabra ni músculo alguno. Es la impotencia. El cuerpo tiritón, la desgana de la nada, el dolor de cabeza hacen más difícil las palabras siguientes, el día siguiente, la disculpa que debo y el reto y castigo que me merezco. Lo último mencionado no llegará ya que siempre tengo la mayor libertad. Un largo baño de sal y unos cuantos relajantes musculares me reconfortarán.
Indignación,
digo yo.

viernes, 12 de marzo de 2010

Hace tiempo ya que me perdí y no intento buscar el camino a casa.