-¿Te enojas si te doy un beso?
-Sí.
-¿Por qué? ¿Es por ella? Te recuerdo que aún no tienen nada.
-Pero si te beso ahora después me sentiré culpable.
-Queremos hacer esto desde hace dos años y siempre tenemos percances, y ahora que tenemos la oportunidad... ¿la vamos a dejar pasar?
-Habrá que esperar un tiempo más entonces.
(pasan unos minutos acostados en silencio)
-Sabes todo el tiempo que he esperado para esto.
-Por favor, detente.
-Si dejamos pasar más tiempo después será para peor, sabes a qué me refiero, pronto ella estará dentro de la categoría de mis más cercanas, y será otra más que dentro de esa misma categoría ha probado el sabor de tus labios. Eso no es justo. Por favor, aunque sea uno.
-Está bien.
No podía seguir negándola, sabía que ella estaba en lo correcto con lo que decía.
En aquel momento él giró la cabeza en dirección a sus labios, no fue mayor trabajo, dado a que faltaban tan sólo milímetros para tocar los labios de Graciela. Comenzó entonces un juego, un juego acerca de roce de labios, donde ambos con los ojos cerrados disfrutaban el dulce deseo de un beso. Se separaron (unos cuantos milímetros nuevamente) así como para decidirse. Él la miraba con cierta ternura como si tuviese un tesoro muy valioso y frágil frente a él, del cual aún no asimilaba que tanta dicha fuese realidad. Quería al tesoro que tenía frente a él, de una manera protectora y sin lujuria, pero a la vez lo quería de la manera en que ambos terminan besándose sin control dejando las sábanas empapadas de sudor. Ella por su parte lo miraba con curiosidad, pues le costaba asimilar la manera en que él la miraba con la situación que estaban viviendo. Estaba ella anonadada, el placer que sentía era infinito sin lugar para pensar más.
Volvieron con el juego, acabando esta vez en un sofocado beso.
-Basta, es suficiente.
-Ya empezamos, no sería prudente dejarlo sin terminar.
De una manera lenta y con claros deseos de aprensión, Javier comenzó a pasar su mano por el muslo de Graciela, besándola de una manera cada vez más apasionada, provocando que ella entrara en éxtasis y jalara el pelo de él en la misma manera apasionada, esto comenzaba a ser más de lo que Graciela esperaba.
lunes, 25 de enero de 2010
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1 comentario:
Uhmmmmm, me suena algo que ya conozco
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