sábado, 29 de noviembre de 2008

A Valentina le gusta Valentin, pero Valentin no lo sabe.
Valentina y Valentin son amigos desde los dos años, sus padres son amigos desde los veinticinco, todos son vecinos.
Valentina y Valentín hacen todo juntos, temprano en la mañana toman el mismo autobus y se sientan juntos en el mismo asiento durante el recorrido. Estando ya en el colegio van a la sala de clases y se sientan en el cuarto puesto y en la fila más lejana al profesor, Valentina al lado de la ventana y Valentín del lado del pasillo. Por los recreos esperan que el resto de los compañeros salgan apresurados, para así ellos poder salir con más calma sin que nadie les reproche, luego van al alegre jardín del colegio y justo detrás del árbol menos solicitado se encuentra el castaño, árbol en el que Valentina y Valentin se desconectan de los demás cada recreo del día, sentándose en las raíces para charlar o simplemente quedarse quietos observándose en silencio, trepándo sus gruesas ramas hasta llegar a la altura de poder observar a los demás sin ser descubiertos, regando los alrededores que son olvidados por los jardineros, columpiándose con una gruesa cuerda atada a la rama más firme del árbol, contándole anécdotas a la naturaleza ahí viviente, naturaleza que llaman de ellos, ''como su pequeño tesoro.'' En este lugar pasan ellos sus recreos, sin ser molestados.
Al finalizar el día toman el mismo autobus y se sientan juntos en el mismo asiento, bajándose esta vez tres paraderos antes para así poder recorrer el campo que hay de camino, mucho prado y muy alto, lleno de insectos amigos y otros quizás no tanto, con charcos de agua y algunas veces se puede oír el correr de las cascadas. A veces hacen este recorrido en silencio, apreciando lo que tenían a su alrededor, otras veces charlan animadamente sin pudor alguno, y en algunas ocaciones se detienen para recostarse un rato y observar a la naturaleza ahí viviente, simplemente para aprender de ellos así como otras veces para escribir cuentos o para dibujarlos. Después de este recorrido, llegan a sus casas y se despiden en francés ¨au revoir.¨ Cada uno a sus deberes, a veces hacen las tareas juntos y otras veces separados, luego ayudan en sus casas, comen algo para llenar el estómago medio vacío con sus familias respectivas, se dan una ducha y finalmente cuando han acabado de cepillar sus dientes, los dos se asoman por sus ventanas para dar la última sonrisa del día ( es como decir buenas noches ). Con esto, Valentina y Valentín pueden dormir tranquilos, con la agradable certeza de que al día siguiente tal maravilloso día será repetido.
A Valentín le gusta Valentina, pero Valentina no lo sabe.

No hay comentarios: