viernes, 12 de diciembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
A Valentina le gusta Valentin, pero Valentin no lo sabe.
Valentina y Valentin son amigos desde los dos años, sus padres son amigos desde los veinticinco, todos son vecinos.
Valentina y Valentín hacen todo juntos, temprano en la mañana toman el mismo autobus y se sientan juntos en el mismo asiento durante el recorrido. Estando ya en el colegio van a la sala de clases y se sientan en el cuarto puesto y en la fila más lejana al profesor, Valentina al lado de la ventana y Valentín del lado del pasillo. Por los recreos esperan que el resto de los compañeros salgan apresurados, para así ellos poder salir con más calma sin que nadie les reproche, luego van al alegre jardín del colegio y justo detrás del árbol menos solicitado se encuentra el castaño, árbol en el que Valentina y Valentin se desconectan de los demás cada recreo del día, sentándose en las raíces para charlar o simplemente quedarse quietos observándose en silencio, trepándo sus gruesas ramas hasta llegar a la altura de poder observar a los demás sin ser descubiertos, regando los alrededores que son olvidados por los jardineros, columpiándose con una gruesa cuerda atada a la rama más firme del árbol, contándole anécdotas a la naturaleza ahí viviente, naturaleza que llaman de ellos, ''como su pequeño tesoro.'' En este lugar pasan ellos sus recreos, sin ser molestados.
Al finalizar el día toman el mismo autobus y se sientan juntos en el mismo asiento, bajándose esta vez tres paraderos antes para así poder recorrer el campo que hay de camino, mucho prado y muy alto, lleno de insectos amigos y otros quizás no tanto, con charcos de agua y algunas veces se puede oír el correr de las cascadas. A veces hacen este recorrido en silencio, apreciando lo que tenían a su alrededor, otras veces charlan animadamente sin pudor alguno, y en algunas ocaciones se detienen para recostarse un rato y observar a la naturaleza ahí viviente, simplemente para aprender de ellos así como otras veces para escribir cuentos o para dibujarlos. Después de este recorrido, llegan a sus casas y se despiden en francés ¨au revoir.¨ Cada uno a sus deberes, a veces hacen las tareas juntos y otras veces separados, luego ayudan en sus casas, comen algo para llenar el estómago medio vacío con sus familias respectivas, se dan una ducha y finalmente cuando han acabado de cepillar sus dientes, los dos se asoman por sus ventanas para dar la última sonrisa del día ( es como decir buenas noches ). Con esto, Valentina y Valentín pueden dormir tranquilos, con la agradable certeza de que al día siguiente tal maravilloso día será repetido.
A Valentín le gusta Valentina, pero Valentina no lo sabe.
Valentina y Valentin son amigos desde los dos años, sus padres son amigos desde los veinticinco, todos son vecinos.
Valentina y Valentín hacen todo juntos, temprano en la mañana toman el mismo autobus y se sientan juntos en el mismo asiento durante el recorrido. Estando ya en el colegio van a la sala de clases y se sientan en el cuarto puesto y en la fila más lejana al profesor, Valentina al lado de la ventana y Valentín del lado del pasillo. Por los recreos esperan que el resto de los compañeros salgan apresurados, para así ellos poder salir con más calma sin que nadie les reproche, luego van al alegre jardín del colegio y justo detrás del árbol menos solicitado se encuentra el castaño, árbol en el que Valentina y Valentin se desconectan de los demás cada recreo del día, sentándose en las raíces para charlar o simplemente quedarse quietos observándose en silencio, trepándo sus gruesas ramas hasta llegar a la altura de poder observar a los demás sin ser descubiertos, regando los alrededores que son olvidados por los jardineros, columpiándose con una gruesa cuerda atada a la rama más firme del árbol, contándole anécdotas a la naturaleza ahí viviente, naturaleza que llaman de ellos, ''como su pequeño tesoro.'' En este lugar pasan ellos sus recreos, sin ser molestados.
Al finalizar el día toman el mismo autobus y se sientan juntos en el mismo asiento, bajándose esta vez tres paraderos antes para así poder recorrer el campo que hay de camino, mucho prado y muy alto, lleno de insectos amigos y otros quizás no tanto, con charcos de agua y algunas veces se puede oír el correr de las cascadas. A veces hacen este recorrido en silencio, apreciando lo que tenían a su alrededor, otras veces charlan animadamente sin pudor alguno, y en algunas ocaciones se detienen para recostarse un rato y observar a la naturaleza ahí viviente, simplemente para aprender de ellos así como otras veces para escribir cuentos o para dibujarlos. Después de este recorrido, llegan a sus casas y se despiden en francés ¨au revoir.¨ Cada uno a sus deberes, a veces hacen las tareas juntos y otras veces separados, luego ayudan en sus casas, comen algo para llenar el estómago medio vacío con sus familias respectivas, se dan una ducha y finalmente cuando han acabado de cepillar sus dientes, los dos se asoman por sus ventanas para dar la última sonrisa del día ( es como decir buenas noches ). Con esto, Valentina y Valentín pueden dormir tranquilos, con la agradable certeza de que al día siguiente tal maravilloso día será repetido.
A Valentín le gusta Valentina, pero Valentina no lo sabe.
viernes, 26 de septiembre de 2008
Instrucciones para llegar a la sima de la felicidad.
Te haré una invitación que no podrás rechazar, te invito a la sima de la felicidad. En aquel lugar nada más necesitarás que saber disfrutar y valorar lo que ahí tendrás, pues no lo verás en algún otro lugar jamás.
Tendrás que desvestirte, quitarte esos viejos arapos que impiden verte con claridad, darte una ducha con agua fría, pues así querrás sentir el calor de la vida, y darte una ducha con agua caliente, pues así querrás sentir lo fría y dura que a la vez es la vida.
Deberás aprender a decir ''no'' cuando sea necesario, y aprender a decir ''si'' cuando el ''no'' esté fuera de lugar.
Deberás también aprender a cantar, pues debo decir que la melodía más dulce es aquella que nos aturde y nos deja mucho que pensar.
Deberás aprender a gritar, asi como un león le ruge a su presa demostrando su autoridad.
Necesitarás también poder danzar sin parar, ya que la vida es una danza y si no sigues su ritmo mal podrás terminar.
Así como saltar, para poder aspirar más, también necesitarás aprender a esperar.
Llora como un bebé hambriento, llora como un bebé desolado, que el llanto no te averguenze, pues él siempre estará de tu lado.
La envidia debes aprender a localizar pues así el triunfo no se te escapará.
Aprender a sonreir y amar al que está a tu lado, que una dulce mirada te dejará en paz y entonces podrás aprender a compartir y notarás que ya eres parte de la felicidad.
Tendrás que desvestirte, quitarte esos viejos arapos que impiden verte con claridad, darte una ducha con agua fría, pues así querrás sentir el calor de la vida, y darte una ducha con agua caliente, pues así querrás sentir lo fría y dura que a la vez es la vida.
Deberás aprender a decir ''no'' cuando sea necesario, y aprender a decir ''si'' cuando el ''no'' esté fuera de lugar.
Deberás también aprender a cantar, pues debo decir que la melodía más dulce es aquella que nos aturde y nos deja mucho que pensar.
Deberás aprender a gritar, asi como un león le ruge a su presa demostrando su autoridad.
Necesitarás también poder danzar sin parar, ya que la vida es una danza y si no sigues su ritmo mal podrás terminar.
Así como saltar, para poder aspirar más, también necesitarás aprender a esperar.
Llora como un bebé hambriento, llora como un bebé desolado, que el llanto no te averguenze, pues él siempre estará de tu lado.
La envidia debes aprender a localizar pues así el triunfo no se te escapará.
Aprender a sonreir y amar al que está a tu lado, que una dulce mirada te dejará en paz y entonces podrás aprender a compartir y notarás que ya eres parte de la felicidad.
domingo, 1 de junio de 2008
El árbol es vida
Todos lo tratamos como si no fuera nada. Lo cortamos, lo podamos, sin dejarle ni una rama. Hay árboles chicos, grandes, de muchos modos, y la gente debería quererlos a todos. El árbol es un ser vivo, ellos tienen vida y no deberíamos ocuparlos para hacer muebles sin vida. Además lo árboles que son seres vivos nos dan aire para respirar, y deberíamos recompensarlos por ello, no cortarlos.
Yo hago un llamado para que la naturaleza no muera. Entonces no corten más árboles, para que la naturaleza no desaparezca entera. Arbolito, te sigo escribiendo, no te preocupes, que te sigo queriendo.
Amigos árboles, ya me voy a despedir, y si a ustedes no los cortan más, yo voy a estar muy feliz; ojalá que no te sigan tratando así. Tú sabes que no puedo hacer nada, tú sabes, si?
Escrito por un alumno de quinto año básico.
Yo hago un llamado para que la naturaleza no muera. Entonces no corten más árboles, para que la naturaleza no desaparezca entera. Arbolito, te sigo escribiendo, no te preocupes, que te sigo queriendo.
Amigos árboles, ya me voy a despedir, y si a ustedes no los cortan más, yo voy a estar muy feliz; ojalá que no te sigan tratando así. Tú sabes que no puedo hacer nada, tú sabes, si?
Escrito por un alumno de quinto año básico.
martes, 29 de enero de 2008
Hoy te diré que estoy contenta, que nado alucinantemente por el hermoso azul que imagino de la atmósfera, que siento una hipérbole en todas las cosas, que alcanzo lo utópico, que le doy elegancia a lo soez, que formo paradojas para lograr equilibrio, que hago metáforas con la vida, que aplico presopopeya a las cosas más simples, que leo poesía para fascinarme, que personifico a los objetos, que aplico antítesis a la rutina. Hoy me siento contenta, me quiero sentir así más seguido.
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