Tengo un pañuelo blanco con flores adornándolo, digamos que es un regalo, un muy apreciado regalo. Ya no recuerdo cuando me obsequiaron este regalo, pues la persona que me lo ha regalado me ha dado muchos más regalos. Digamos que no todos los regalos son materiales, sino que muchos de ellos son espirituales. Digamos que antes no les presté cuidado e importancia a estos regalos, siempre los vi como uno más y nunca supe aprovechar lo espiritual, ignorándolo y desechándolo. Ahora le tomo la importancia a todos estos regalos, y ahora me lamento, me lamento de no haberlos apreciado, me lamento de no haber sopesado el ¨gracias¨ que estaba dando, pues ya no sé cuanto tiempo más quede para remediar todo esto, el tiempo se agota poco, y yo no estaba preparada para esto.
Hoy te tengo conmigo, sí aún te tengo conmigo, pero no sé por cuánto tiempo más, y no quiero volver a desperdiciar el tiempo, ahora te dedicaré todo el tiempo que se me sea posible, estaré a tu lado para verte recuperar y espero que sean pocas las veces en las que te vea mal. De a poco lo estoy aceptando, y de poco me hago la idea, sé que no será fácil, pero es mejor pasar esto contigo cerca. Me cuesta, pero para tu cumpleaños te dije ''te quiero abuelita'' fue la primera vez que lo decía después de ocho años, por lo menos no recuerdo haberlo dicho en todo ese tiempo y es una lástima, ya que siempre lo he sentido y de la manera más sincera, de una manera intensa, así como lo siento con pocas personas.
Eres importante, siempre lo has sido y siempre lo serás.
martes, 9 de junio de 2009
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